Queridos todos:
Ya que este episodio es sobre los juicios he decidido aprovechar el tema para hacer una reflexión sobre mi relación con ellos.
Por un tiempo los juicios y yo fuimos amantes.
Yo ni me daba cuenta de lo mucho que estábamos unidos. Cree una simbiosis con ellos. Pensaba que éramos uno mismo y que yo sin ellos no podría vivir. Y es que me permitían ser la portadora de la verdad absoluta y por lo tanto hacer veredictos: “Esto está bien”, “Esto está mal”, “Este seguro que se irá al infierno y ni siquiera se da cuenta”, “Para como cuida su salud, seguro se morirá pronto”, “Como es en su trabajo, sería mejor que renunciara, lo hace todo mal”, “Es muy descuidado”.
Y terminé en una mala relación de pareja. Me sentía alejada de todos a los que quería ya que terminé centrándome en mis juicios bajo la justificación de que “nadie me entiende”. Y yo, pues convencida de que todos estaban mal ya que nosotros éramos los únicos con la capacidad de ver la realidad.
Como en la mayoría de este tipo de relaciones un día desperté. Vi que ni él era perfecto, ni mi relación tampoco, que me alejaba de todos y que no podía vivir sin el mundo. Opté por terminar la relación y fue ahí que comencé una nueva etapa, la soltería.
La soltería fue la etapa en la que decidí no juzgar, cero juicios.
Uf esa fue una etapa turbia. Abracé todo y a todos, sin importar lo que eras, hacías, decías, no importaba si eras una basura conmigo, con la sociedad o con el mundo. “Yo no juzgo, yo no juzgo” si veo algo mal en el otro es porque yo tengo algo mal en mí. Todo se centra en mí y yo estoy mal, por lo tanto, tengo que cambiarme a mí.
Otra época obscura, “yo soy una basura, hay que reformarme”.
Sufría mucho ya que en el fondo todo el tiempo hacía juicios, y esos juicios me llevaban a querer reflexionar y analizar que había mal en mí, y entonces yo me la pasaba dando vueltas en mí y se me hacía un círculo terrible lleno de juicios, SI de juicios sobre mí. Sin empatía y sin cariño por mí, es decir, sin amor propio.
Creo que por eso no me gusta tanto el término “cambiarme” sino me gusta el término “agregar/aprender”, creo que para mí es una manera de abrazarme fuerte y decirme hoy eres perfecta, y si aprendes esto nuevo vas a seguir siendo perfecta y con una nueva herramienta.
Y benditos los astros, dioses, guías espirituales o lo que sea que me mostraron una nueva relación con los juicios, la amistad.
Los juicios no son buenos ni malos, son interpretaciones que hacemos los seres humanos y que nos permiten poder actuar. Un juicio lo podemos tomar como una “primera interpretación” y si le incorporamos más información podemos tener una “segunda interpretación”.
No existe una verdad absoluta como en mi primera relación, tampoco los evadimos y les damos la vuelta y nos atormentamos por tenerlos, como en mi segunda relación, sencillamente, los aceptamos como amigos cambiantes, existentes, amigos que nos ayudan a comprender y a veces incluso pueden funcionar como alarmas que nos avisan sobre algo importante.
Hoy me siento en una mucho mejor relación con los juicios, además, ahora puedo dialogar con los demás sobre ellos.
Por ejemplo, al dar retroalimentación. Uno regala sus juicios sobre el otro, los dice de una manera educada, en un momento adecuado, con ejemplos claros que sustentan el juicio y siempre preguntando al otro su opinión. Siempre recordando que la otra persona tendrá su propia manera de observar la vida.
Quiero recalcar que, en mi primera relación con los juicios, es decir, cuando uno los considera “la verdad absoluta” mi vida era amarga, dura, categórica y llena de confusión. La confusión se generaba al no entender porque los demás no se daban cuenta de lo que yo me daba cuenta, es como si uno viviera en un mundo solitario y bastante excluido.
Y quiero terminar invitándolos a revisar su relación con los juicios, y recuerden que si se sienten solos y alejados de la gente que quieren piensen si no viven en “su verdad absoluta” y por ello quizás necesitan cambiar su relación con los juicios y con ello cambiar su relación con las personas que aman.
Gracias por leerme.
Besos