Queridos todos:
Hace tiempo traigo en la cabeza escribirles sobre como se ven los distintos roles que vivo.
Me parece que hoy, en el Día Internacional de la Mujer, puedo aprovechar para compartirles algunas de mis experiencias. Y creo que lo interesante de todo esto es que tengo tan compartimentada mi vida que muy pocas personas me ven en todos mis roles.
Pues bien, “tenerlo todo” ha sido para mí un camino complicado que comenzó con mucha frustración y luego se fue instalando la culpa, que ya con los años se ha vuelto una gran amiga que se encuentra siempre presente por más indiferencia que le demuestre.
A lo largo de la vida he ido tomando decisiones para poder “tenerlo todo”. A veces las decisiones se ven pequeñas, pero pesan mucho. Por ejemplo, aquellos días en los que mis hijos eran bebés y amanecían queriendo pasar el día en brazos por sentirse un poco enfermos, y tenía que decidir llevarlos a la guardería para poder ir a trabajar y poder faltar cuando de verdad estuvieran muy malos.
Y es que para “tenerlo todo” uno tiene que recordarse que tiene responsabilidades que cumplir, a veces, la responsabilidad es en la casa y a veces la responsabilidad es en el trabajo. Y tristemente uno tiende a olvidarse de la responsabilidad de ver por uno mismo, pero esa es otra historia.
No me imagino que será ser hombre, pero sí creo que la cultura los exenta de mucha culpa. Por lo pronto no creo que los hombres reciban de otros hombres expresiones como:
“pero ¿cómo no puedes estar con tus hijos en la tarde?”, “pero ¿qué no tienes vacaciones?”, “pero ¿qué no te puedes salir temprano?”, “pero ¿por qué te gusta complicarte la vida?”.
Si hacemos un recuento rápido es muy probable que para poder “tenerlo todo” me haya perdido los primeros pasos de mis hijos, la primera palabra que dijeron, seguramente me he perdido sus miles de historias saliendo de la escuela, es un hecho que no estuve en el hospital cuando uno de ellos se rompió la clavícula.
Y para mí una de las claves mágicas para que yo pueda “tenerlo todo” es encontrarles a mis hijos un papá que compensa buena parte de lo que yo no hago.
Mis hijos consideran que hombres y mujeres pueden trabajar a la par y elegir cualquier carrera, creen que los hombres cocinan y están seguros de que las mujeres pueden aspirar a cualquier puesto directivo que deseen.
Trabajo desde que tenía 21 años (para los que no saben mi edad cumplo 48 el 10 de abril, apúntenlo jajajaja), estoy a nada de cumplir 20 años de casada y soy madre ya desde hace un muy buen rato, no he hecho las cosas como eran, he hecho las cosas como puedo, para “tenerlo todo” he tenido que dejar de pensar que las cosas se hacen como lo hacen la mayoría, como lo hizo mi madre, como lo hacen las demás mamás. He tenido que innovar porque me parece que no ha de haber mayor tristeza que perderse de todo por no poder hacerlo como lo hacen los demás.
Si, para muchas es difícil concebir el tener una familia como la tengo yo, con una madre “tan ausente”, pero hoy que me miro sentada aquí, “teniéndolo todo” a mi manera me siento satisfecha de lo que he logrado.
Tengo mil historias que contarles, estar dando pecho mientras con un hombro sostienes el teléfono y con una mano le tecleas a la computadora. Si bien estuve 4 meses con mis recién nacidos, dejé de trabajar 2 semanas con cada uno. Yo ya aplicaba el trabajo desde casa desde hace muuuuchos años, quizás por eso lo odio jajajajaja.
Amo trabajar, y también amo ser madre y esposa. Yo les pediría a los hombres que no supongan, nunca lo que quieren las mujeres de su alrededor, ya sea colaboradora, esposa, madre, hermana, hija, amiga, …, pregúntenle, escúchenla, motívenla y apóyenla, recuerden que estamos cambiando y pensamos distinto.
Yo tuve grandes líderes que hicieron eso conmigo y como ya les dije en otra carta ellos fueron una pieza fundamental para mi desarrollo profesional porque me ayudaron a “tenerlo todo”, gracias de nuevo.
Y en esta carta, en este día, quiero agradecer especialmente a mi marido, porque me ha aguantado mis innovaciones durante casi 20 años, quejándose poco, bueno casi nada, es más ya lo pensé bien y nunca se queja. Gracias porque siempre me siento muy querida y apoyada. Y es que sin él no lo “tendría todo”, solo tendría pedacitos de algo.
Y todo esto es el contexto para darles mi mensaje a las mujeres jóvenes que me leen en este día. Mujeres de hoy, aspiren a tenerlo todo, innoven, busquen sus maneras, nunca se conformen con menos, cambien esta cultura en la que nos educan a no desearlo todo y conformarnos con nada.
Innoven, sean creativas y sigan rompiendo con los estándares que limitan los roles a los que podemos aspirar. Sueñen y recuerden que podemos “tenerlo todo”, ser felices y sentirnos plenas.